Por las prisas y el ritmo de vida que tenemos hoy, es que a la hora de comer, apenas masticamos y tragamos rápidamente sin disfrutar de la comida. Y esta mala costumbre nos perjudica porque la buena digestión empieza en la boca. Al masticar lento tenemos beneficios para el tracto digestivo, porque masticamos más y la boca secreta más saliva.

Cuando no masticamos bien, forzamos a que determinados órganos trabajen más de la cuenta, al no descomponer bien los alimentos, nuestro organismo, no tiene la capacidad de separar las sustancias buenas de las tóxicas, obteniendo el cuerpo intoxicación y desnutrición.  Al no cambiar este mal hábito, es muy probable que terminemos con algún problema digestivo, ya que los órganos por los que va pasando el alimento tendrán que trabajar más y perderemos una buena cantidad de energía vital para nada.

Debemos masticar en 30 y 40 veces cada bocado para obtener beneficios. Por ejemplo degustar y disfrutar de los alimentos, al masticar más oxigenamos nuestro organismo, nos ayuda  adelgazar porque estamos más conscientes de cuánto comemos. Al masticar más lentamente nos ayuda a comer menos y finalmente nos ayuda a no subir de peso.

Al masticar apropiadamente permitimos que nuestro estómago trabaje más eficientemente y descomponga los alimentos mucho más rápido. También los huesos de nuestros dientes al masticar se ejercitan y esto nos ayuda a que se mantengan fuertes

Ahora sabemos que al momento de comer, debe ser de una forma tranquila, disfrutando cada bocado sin olvidar los nutrientes que nos van a aportar.