El enojo es una respuesta natural del ser humano ante situaciones que lo molestan o como respuesta ante posibles amenazas, y es normal que todos nos hayamos enojado alguna vez, pero esta emoción, además de impactar en los que nos rodean, también repercute de forma negativa en nuestro organismo si no logramos controlarla, las principales daños a nuestra salud que puede causar son:

1. Mayor riego de enfermedades cardíacas.

Si posees un temperamento explosivo, tu presión sanguínea aumenta, el pulso cardíaco se eleva y con el tiempo puede provocar el deterioro de las arterias, lo que es un indicador de riesgo de un ataque cardíaco.

2. Tu sistema inmunológico se debilita.

Cuando te enojas, tu cuerpo se prepara para defenderse de una posible “amenza”, se aumenta la producción de sustancias químicas como la adrenalina, que altera el equilibrio natural del cuerpo.

3. Se provocan contracturas, dolores musculares y jaquecas.

Estas alteraciones que afectan a nuestro sistema inmunológico, pueden provocar contracturas y dolores musculares o de cabeza y nos hacen más vulnerables a algunas enfermedades, como gastritis, colitis, dermatitis, etc.

Aunque pienses que no es posible controlar el enojo, existen ciertas técnicas que te ayudarán a calmarte y ver las situaciones con más claridad:

• Recurre a técnicas de relajación y respiración, estas aclararán tu mente y relajaran tus músculos, el yoga y tai chi son excelentes opciones.
• Realiza ejercicio, esto ayudará a canalizar toda tu energía en una actividad que te distraerá y te ayudará a liberar endorfinas.
• Habla con alguien sobre tus emociones, compartir lo que sientes puede ayudarte a calmar tu ira.
• Toma un descanso los fines de semana o vete de vacaciones, cambia tu rutina y tu ambiente, deja de pensar en los problemas y enfócate en lo que realmente deseas y te hace feliz.